Después de una serie de desarrollos teóricos que partieron de las posiciones feministas, de la llamada "segunda ola del feminismo" en los años setentas, se formuló esta nueva categoría de análisis denominada género, que demostró ser muy potente para el análisis de diferentes fenómenos sociales. Esta categoría introduce la idea de que ser hombre o ser mujer es una cuestión construida culturalmente y no es un rasgo que se derive directamente de la pertenencia a uno u otro sexo, que el hecho biológico de ser hombre o ser mujer no incluye todo lo que el papel social designa a cada uno de los sexos. Aquí habría que ver cómo cada uno de los campos de la investigación social van desarrollando e incorporando esta categoría, además de la manera en que se elabora socialmente en cada cultura, esto es, cómo se asignan diferentes papeles, posiciones y lugares a los hombres y las mujeres, generando un sistema, por lo regular muy desigual y muy desequilibrado, de posibilidades y oportunidades.
Da la impresión de que en las posturas que asumen esta categoría la posición del hombre no aparece o, si lo hace, está desvalorada. Pareciera ser que el asunto del género es un asunto de mujeres, no de hombres...
Es una pregunta muy interesante y que resulta naturalmente de la observación de este campo, porque finalmente los estudios de género incorporan tanto la feminidad como la masculinidad. Lo que pasa es que la tradición de la que nacen los estudios de género es la tradición del feminismo y, en un primer momento, los estudios feministas necesariamente se enfocaron a perfilar lo que era la situación de las mujeres en los diferentes campos sociales.
** Artículo publicado en la revista Educar. Número 7 Género y Educación
http://www.jalisco.gob.mx/srias/educacion/consulta/educar/dirrseed.html
Aportación de la Profra. Carmen Celia Rodríguez Guzmán
Asesora Técnico Pedagógico de la Coordinación Académica
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